jueves, 29 de mayo de 2014

LEDA Y EL CISNE

EL MITO
     Según la historia de la antigua Grecia, Zeus, para ocultar a su mujer Hera sus infidelidades se transformaba en animales... es decir se metamorfoseaba. En este mito Zeus se convierte en un cisne para seducir a Leda, esposa de Tindáreo, rey de Laconia en Esparta que se había refugiado en el reino de Testio, padre de Leda, porque había sido expulsado de Lacedemonia. Cuando se caso, con la ayuda de Hércules recuperó el reino y volvió con su esposa Leda, con la que subió de nuevo al trono.
Leda y el cisne de Leonardo da Vinci
     Se cuentan que Leda era una mujer muy bella y Zeus quería estar con ella, así que un día, decidió transformarse en un hermoso cisne mientras ella paseaba por la orilla de río Eurotas. Leda al ver al cisne intentando escapar del ataque de un águila, lo protegió y se dejó seducir por él, pero no era mas que Zeus transformado. Esa misma noche Leda y su esposo Tindáreo se unieron y al tiempo ella puso dos huevos de los que nacieron: de un huevo Cástor y Clitemnestra hijos de Tindáreo, y por lo tanto mortales y del otro Pólux y Helena hijos inmortales de Zeus.
     El mito nos intenta explicar las debilidades y las pasiones humanas, también se le relaciona con una de las historias de la constelación del cisne que se puede observar en el hemisferio norte de la Tierra.

Constelación del cisne
EL MITO EN LA PINTURA
     En el renacimiento S.XVI destacan las pinturas de autores como Leonardo da Vinci, Miguel Ángel, Tintoretto o Antonio Allegri ( Corregio).
Leda de Miguel Angel

Leda de Tintoretto

Leda de Corregio
      En el barroco S.XVII tenemos el cuadro de Rubens.
Leda de Rubens
    Y en el surrealismo S.XX está el cuadro de Salvador Dalí de 1949
Leda de Salvador Dalí 1949

ESCULTURA, CERÁMICA Y MOSAICOS





     Representaciones del mito de Leda y el cisne a lo largo de la historia.

 CITAS LITERARIAS

Leda de Ovidio:
"Aracne por su lado representó sobre su lienzo a Europa seducida por 
Júpiter bajo la figura de Toro. La obra estaba tan acabada, que se hubiera creído ver, 
en efecto, un verdadero toro y una verdadera mar. 
Europa aparecía allí con los ojos vueltos hacia la ribera que acababa de dejar.
Parecía llamar a sus compañeras en su socorro, retirando sus pies por el temor de que fueran mojados. 
También se veía dibujado a Asterios luchando con el águila de la que Júpiter había tomado la figura, y a Leda acariciada por el cisne. 
Las demás aventuras de este Dios se veían representadas con inusitada belleza."

Por un momento, ¡oh cisne! de Rubén Darío:
"Por un momento, ¡oh Cisne!, juntaré mis anhelos
a los de tus dos alas que abrazaron a Leda,
y a mi maduro ensueño, aún vestido de seda,
dirás, por los Dioscuros, la gloria de los cielos.
Es el otoño. Ruedan de la flauta consuelos.
Por un instante, ¡oh Cisne!, en la oscura alameda
sorberé entre dos labios lo que el Pudor me veda,
y dejaré mordidos Escrúpulos y Celos.
Cisne, tendré tus alas blancas por un instante,
y el corazón de rosa que hay en tu dulce pecho
palpitará en el mío con su sangre constante.
Amor será dichoso, pues estará vibrante
el júbilo que pone al gran Pan en acecho
mientras su ritmo esconde la fuente de diamante."

Antes de todo, ¡ gloria a ti, Leda!:
"Antes de todo, ¡gloria a ti, Leda!


tu dulce vientre cubrió de seda
el Dios. ¡Miel y oro sobre la brisa!
Sonaban alternativamente
flauta y cristales, Pan y la fuente.
¡Tierra era canto, Cielo sonrisa!
 
Ante el celeste, supremo acto,
dioses y bestias hicieron pacto.
Se dio a la alondra la luz del día,
se dio a los búhos sabiduría
y melodía al ruiseñor.
A los leones fue la victoria,
para las águilas toda la gloria
y a las palomas todo el amor.
 
Pero vosotros sois los divinos
príncipes. Vagos como las naves,
inmaculados como los linos,
maravillosos como las aves.
 
En vuestros picos tenéis las prendas
que manifiestan corales puros.
Con vuestros pechos abrís las sendas
que arriba indican los Dioscuros.
 
Las dignidades de vuestros actos,
eternizadas en lo infinito,
hacen que sean ritmos exactos,
voces de ensueño, luces de mito.
 
De orgullo olímpico sois el resumen,
¡oh, blancas urnas de la armonía!
Ebúrneas joyas que anima un numen
con su celeste melancolía.
 
¡Melancolía de haber amado,
junto a la fuente de la arboleda,
el luminoso cuello estirado
entre los blancos muslos de Leda!"

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