lunes, 26 de mayo de 2014

Jasón y los Argonautas


El mito comienza con Jasón, hijo del rey tesalio Esón, es destronado por su hermanastro Pelias (hijo de Posidón), pasando a gobernar la cuidad de Yolco. Su madre, para salvarlo de su tío, se lo entregó al centauro Quirón para que lo educase. Mientras tanto Pelias se enteraba por un oráculo que le aguardaba un odioso destino: ser abatido por el primer hombre al que viera en público con una sola sandalia. precisamente Jasón al cumplir los 20 años, se presentó en Yolco para reclamar la corona, que por herencia le correspondía, con una extraña indumentaria: una piel de pantera, los lanzas y una sola sandalia; la otra le había perdido al cruzando un río a una anciana que posteriormente se reveló como la diosa Atenea, con cuya ayuda contó con el sucesivo. Pelias, sobresalto al recordar el oráculo, aparentó acceder a las peticiones de Jasón pero le pidió que antes consiguiese el Vellocino de Oro: la piel áurea de un carnero alado y divino que le había sido regalado a Eetes, rey de Cólquide, por Frixo quien asta allí había llegado huyendo junto con Hele, su hermana muerta en la huida, de su madrastra Ino. Eetes colgó la piel del carnero en una encima y puso a su pie un dragón que lo custodiase. 
EL Argo usado por Jasón y los Argonautas en la búsqueda
del vellocino de oro. 



Jasón solicitó entonces la ayuda de Argos, hijo de Aréstor, y, por consejo de Atenea, construyó la nave Argo, que había de conducir a la Cólquide a Jasón acompañado de un grupo de héroes griegos cuyo número oscila entre 45 y 69 según las diversas fuentes, que tomaron el nombre de Argonautas (marineros de Argo). Reunidos pues los Argonautas, se hicieron a la mar en dirección a la Cólquide.
Salida de los Argonauta






Jasón anunció a su rey, Eetes, su propósito. Éste le dijo que le dejaría llevarse el vellocino de oro si antes conseguía uncir a los dos toros que lo custodiaban, arar un campo con ellos, arrojar sobre los surcos unos dientes que había entregado Atenea al rey y luego vencer a la serpiente que nunca dormía y que permanecía al pie del árbol donde se hallaba el vellocino. Medea, la hija del rey Eetes, que era hechicera, se enamoró apasionadamente de Jasón y ayudó a éste a llevar a buen término su hazaña (previo compromiso de Jasón de llevarla consigo a Yolco), poniendo en práctica su brujería.
Dio a Jasón una pócima mágica para que no le hicieran daño los toros monstruosos. Habiendo conseguido uncir a los toros, lanzó los dientes sobre los surcos hechos en la tierra. De ellos brotaron cientos de hombres armados, llamados Espartos, que se lanzaron contra el héroe, pero éste, siguiendo las instrucciones de Medea, arrojó una piedra entre ellos y los ejércitos se enfrentaron entre sí. Luego, Medea provocó un terrible sueño a la serpiente, Jasón se apoderó de la preciada piel y huyó con sus hombres, con Medea y con el hermano de ésta, Apsirto, en su embarcación.
Jasón y el Vellocino de Oro.
Jasón y los argonautas a bordo del Argo. Autor
 Poly Bernatene

Jasón se apodero entonces del vellocino gracias a la inestable ayuda de los poderes mágicos de la hechicera Medea, hija de Eetes el rey de la Cólquide. Con ella escapó y de regreso se valió de Medea para conseguir subrepticiamente que todas las hijas de Pelías, excepto Alcestis, descuartizaran e hirvieran a su padre en un caldero haciéndolas creer que lo rejuvenecerían. Se vengaba así del asesinato de aquél, creyendo a todos los argonautas muertos había perpetrado en la familia de Jasón. Como consecuencia, Jasón y Medea tuvieron que refugiarse en Corinto, donde vivieron juntos hasta que Jasón abandonó a Medea por Glauce (Creúsa en otras leyendas), hija de Creonte, rey del país. Tomó venganza Medea regalando primero a la novia un vestido que la abrasó e inmolando después a sus do hijos que había tenido con Jasón. Enloquecido y abandonado por los dioses por no haber respetado el juramento de fidelidad hecho a Medea, encontró la muerte Jasón al derrumbarse parte del maderamen de la nave Argo, junto a la cual se hallaba descansando.

INTERPRETACIÓN DEL MITO

Según los hechos de la remota época a la que se refieren, se llega a la conclusión de que hábiles marinos griegos hicieron una serie de proezas al mismo tiempo que describían el mundo con sus viajes, completando así sus conocimientos geográficos. El importante descubrimiento del Ponto Euxino, que hasta entonces se creía que era un mar (pontos=mar) y la difusión del helenismo en las regiones que éste bañaba, es lo que se deduce de los relatos del viaje y el itinerario de Argos.



Jasón regresa con el vellocino de oro en una crátera 
roja de Apulia, c. 340-330 a. C.



EXPOSICIÓN

Jasón regresa con el vellocino de oro en una crátera roja
de Apulia.




Medea por William Wetmore 1868


Jasón y Medea 


Jasón en el Schloss Schönbrunn en Viena.


Estatua de Jasón y el Vellocino de Oro.


CITAS LITERARIAS 

Sobre estos mitos las fuentes más antiguas son Hesíodo (c. S.VII a. C.), quien lo menciona en algunos pasajes de su Teogonía 956-62 y 992-1002; el poeta Píndaro (453 a. C.), quien le dedica su Pítaca IV; y el trágico Eurípides (431 a. C.), quien escribió una tragedia que lleva el nombre de la heroína: Medea. Sin embargo, la obra más extensa que se nos conserva sobre este tema fue un poema épico, de cerca de 6.000 versos, compuesto por el alejandrino Apolonio de Rodas hacia mediados del s. III a.C.

















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