domingo, 12 de mayo de 2013

Apolo y Dafne

Apolo era hijo de Zeus, dios de los dioses y los hombres, y Leto, también distinguida como Latona. Era también hermano gemelo de Artemisa. Se le considera el dios de la profecía, de la música, de la curación, y de la armonía y lo sublime. En la Ilíada es llamado "flechador". Asimismo se le conoce por epítetos como "Febo, Arquero divino, o Nomio" entre otros.

Apolo de Belvedere, de autor desconocido

Dafne, ninfa de los árboles igualmente llamada dríada, era hija del dios río Peneo de Tesalia con Creúsa, ninfa de las aguas. Su nombre viene a decir laurel.

Dafne, por Reneé Sintenis.

Cuenta el mito que Apolo dio muerte a la temible serpiente Pitón que se escondía en el monte Párnaso. Una vez herida con sus flechas la siguió ,agonizante, en su huida hacia el templo de Delfos, donde acabó con ella. Delfos era un lugar sagrado donde se pronunciaban los oráculos de la madre Tierra, hasta los dioses lo consultaban y se sintieron ofendidos del asesinato allí cometido por Apolo. Querían castigar al Dios por su acto pero Apolo reclamó Delfos como suyo. Así, se apoderó del oráculo y fundó unos juegos anuales que se celebraban en un gran anfiteatro.

Orgulloso Apolo de la victoria conseguida, osó burlarse del dios Eros ,más conocido como Cupido, por llevar arco y flechas siendo tan joven. Enojado, Eros se vengó disparándole una flecha de oro, que hizo que se enamorase perdidamente de la ninfa Dafne, mientras que a esta le disparó una flecha de plomo, que provocó su odio hacia el amor y especialmente hacia Apolo.
Apolo y Dafne, por Francesco Albani. Como detalle, las flechas de Apolo y Cupido burlándose.

Apasionadamente enamorado, Apolo persiguió a Dafne a la vez que esta huía de él. Pero poco a poco, el Dios fue dándole alcance, y cuando la ninfa vio que iba atraparla pidió ayuda a su padre, Peneo de Tesalia. Al poco de pronunciar la súplica sus miembros se entorpecieron; sus entrañas se convirtieron en tiernas cortezas, sus cabellos en hojas, los brazos en ramas así como sus pies en retorcidas raíces. Cuando finalmente Apolo le dio alcance, posó su mano sobre el tronco y notó que el corazón de su amada seguía latiendo.
Apolo y Dafne, de Antonio del Pollaiolo

Este árbol fue el símbolo del amor de Apolo. De esa manera, sus hojas adornarían su cabeza y la de aquellos guerreros, poetas, atletas o cantores que triunfaran, convirtiendo así el laurel en un signo de la victoria y el triunfo, símbolo aún presente en nuestros días.

En la actualidad, el mito de Apolo y Dafne sigue presente, personificándose en obras de teatro, en el ámbito lírico ,como el Soneto XIII de Garcilaso de la Vega, o en esculturas y pinturas.
Apolo y Dafne, por Bernini.







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